domingo, 12 de junio de 2005

Sabores azules y amarillos

Los aires que respiramos ya han pasado por las gargantas de demasiada gente, y he aprendido a no aspirar a nuevas rarezas. Bastante feliz soy ya con este alternativismo tan y tan convencional... en fin, como todo lo que hago y medio mundo hace.

Pero volviendo al tema, y perdiéndome por una nueva rama (que para eso es mi blog). Como todo lo que nos llama la atención, no es nuestro; alguien nos dice que es parte de él/ella, y como admiramos a ese él/ella, aspiramos a llegar a comprender eso que tanto caché le da. Tanto, que al final lo hacemos nuestro, y a veces incluso hacemos un nuestro más grande que el suyo.
Hablo de yod, aunque en este caso no aspiro a compararme con su suyo.

En este caso volvemos a copiar el cielo y la tierra, las profundidades y la locura de manos del señor K, que debía ser bastante gilipollas a mi parecer, pero interesante sin duda. Eso por una parte.

Por la otra, el hecho de que estas punzadas no las sentimos del todo al principio, mientras masticamos a dos carrillos. Tenemos que esperar a tragar, y entonces empezar a jugar con la lengua, descubrir los pequeños recovecos de una memoria que ahora es. En ese instante es cuando encontramos los salados y dulces de verdad, sólo entonces.

Explicado, y a otra cosa mariposa.

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